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CARTA ABIERTA - Presos politicos y de Conciencia PDF Imprimir Correo

CARTA ABIERTA

 

L@s pres@s polític@s y de conciencia de las cárceles de Colombia, saludamos a las diferentes organizaciones sociales, políticas y culturales que históricamente han luchado a nuestro lado por hacer de ésta dura prueba de la vida algo menos doloroso para nosotr@s, nuestros familiares y amig@s.

Es sabido que el sistema carcelario en Colombia ha estado al servicio de los intereses de los gobiernos de turno, de la corrupción, de las mafias y el narcotráfico. Estos lugares, durante muchos años han sido tierra de nadie, donde la ley del más fuerte se ha impuesto de la forma más brutal y cobarde, demostrando la desidia, irresponsabilidad y complicidad del Estado Colombiano en esta situación, que permite sumir al individuo en lo más oscuro de su instinto criminal y no  orienta procesos de resocialización adecuados para ubicar a los seres humanos que somos tod@s l@s reclus@s en un espacio social donde aportemos a la sociedad para una mejor convivencia y bienestar general.

 

En la actualidad, el sistema penitenciario en el país está en un proceso de modernización, poniéndose a tono con las nuevas tecnologías y la administración de las cárceles siguiendo el modelo “Americano” que busca construir verdaderos campos de concentración donde los niveles de limitación y aislamiento de l@s intern@s es mayúsculo, el Estado quiere ejercer control  total, tanto en el cuerpo como en la mente, extendiéndose inclusive a un control de nuestro entorno familiar y de amig@s. El discurso de la resocialización tan en boga en la justificación del sistema carcelario desde antes del siglo XIX, no se ha cumplido nunca en la práctica, por lo menos en nuestra historia local, no hay una planificación controlada y verificada que permita hacer de el o la reclus@ un sujeto transformado y “apto para vivir en sociedad”, el Estado se conforma con impartir una pena que se aplica como medida sancionatoria y vengativa más no como un escenario de educación complementaria para el individuo, además del acompañamiento permanente de su entorno familiar y hasta la misma Iglesia, para logar una resocialización integral.

 

A decir verdad, si el Estado en su primera socialización no cumple con su función, difícilmente la hará en un segundo intento, donde el hombre está permeado de la condición enferma de la sociedad, a éste respecto sería necesario plantearnos una socialización inicial con pleno compromiso y obligatoriedad por parte del Estado, que garantice de entrada, familias integradas que ofrezcan entornos familiares que transmitan valores de vida y no de muerte, una escuela, que forme intelectualmente al futuro ciudadano, y una Iglesia que no prepare al hombre como rebaño sino como el pastor de su propia existencia y la de los demás. Esto hablando solamente de tres instituciones base de la socialización y de la misma resocialización.

 

Hasta hace unos años el Estado Colombiano era responsable de la violación de los DDHH de l@s reclus@s en una parte por acción pero más por omisión, hoy en día se ha convertido en el principal violador de éstos derechos, so pretexto de protegerlos limita, viola y sanciona al o a la intern@, a pesar de estar reglamentados unos mínimos derechos, aún se maltrata físicamente y psicológicamente, se chantajea con los traslados y sanciones, se amenaza, se extorsiona al o a la pres@, se le aleja cada vez más de la familia y amig@s, se acosa, se hostiga e incomoda a éstas personas cercanas que buscan mantener el lazo de afecto preexistente, logrando con esto un aumento intencional de los divorcios y desintegración de los hogares parte fundamental para la estabilidad emocional del interno o de la interna.

 

El servicio de sanidad en el sistema carcelario se presta de forma cada vez más incipiente e irresponsable, l@s enferm@s o herid@s son atendidos a destiempo y muchas veces ni les prestan los mínimos tratamientos, el personal no es el indicado y es insuficiente. La alimentación, a pesar de firmarse sendos contratos a costos elevados, no ofrece al interno o a la interna lo propuesto al Ministerio del Interior y al INPEC, no hay una interventoría y veeduría adecuadas, por éste mal servicio l@s reclus@s enferman o empeoran sus condiciones médicas, lo que pone en riesgo nuestras vidas, incluso la de nuestras familias y amig@s, ya que los centros carcelarios se convierten en foco de enfermedades e infecciones.

 

Ante ésta situación tan difícil y siendo víctimas de detenciones arbitrarias, de manipulación de testigos, de montajes y persecución, l@s pres@s polític@s y de conciencia de Colombia, invocamos la solidaridad y apoyo de organizaciones, movimientos y partidos políticos, sociales y culturales, tanto nacionales como internacionales ante éste S.O.S. por el derecho a la vida digna de la población carcelaria, sus familias y amig@s, a quienes se nos violan los Derechos Humanos de forma permanente y sistemática.

 

Un mundo y un país que se conmueve ante el horror del secuestro realizado por los grupos irregulares, también debe conmoverse ante los secuestros masivos e individuales que realiza el Estado, so pretexto de perseguir la delincuencia, obligándolos a inculparse responsabilidades de crímenes que nunca cometieron para evitar penas mayores, convirtiéndose en un falso positivo más de las estadísticas de la política de la “Seguridad Democrática”.

 

Somos la Otra cara de la moneda, de la cruenta guerra que vive nuestro país. Y queremos que nuestro dolor y el de nuestras familias también sea visible para Colombia y el Mundo.

 

PRES@S POLÍTIC@S Y DE CONCIENCIA

CARCELES DE COLOMBIA

MARZO 2009.
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