Amnistía Internacional pide la liberación inmediata y sin condiciones de todos los presos de conciencia.

Se considera “preso de conciencia” a toda persona encarcelada o sometida a otras restricciones físicas por sus convicciones políticas, religiosas o cualquier otro motivo de conciencia, así como por su origen étnico, sexo, color, idioma, origen nacional o social, situación económica, nacimiento, orientación sexual u otras circunstancias, siempre que esa persona no haya recurrido a la violencia ni propugnado su uso.

Igualmente Amnistía Internacional pide la investigación inmediata, imparcial y exhaustiva de los casos de desaparecidos.

Un "desaparecido" es una persona privada de libertad por agentes del Estado, del que se ocultan el paradero y la suerte y se niega la privación de libertad. La desaparición forzosa es angustiosa tanto para la víctima como para sus familiares. Mediante la desaparición forzosa se separa a una persona del resto del mundo y se la sitúa fuera de la protección de la ley, a menudo se la tortura y en muchos casos no reaparece jamás. A los familiares se los mantiene sumidos en la ignorancia, sin que puedan descubrir si las víctimas están vivas o muertas.