"Si luchamos es por defender la vida en todas sus manifestaciones, principalmente la vida humana, que es una acción de resistencia ante la muerte"

 Jaime Toro

"Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos.

Es frío incluso cuando miente;

y ésta es la mentira que se desliza de su boca:

 'Yo, el Estado, soy el pueblo'"

  F. Nietzsche

En el frío profundo de la distancia y la soledad de habitar un suelo extraño, ajeno y a veces hostil, recibimos esta semana, nuevamente, noticias de la muerte, esta horrible representación de la no vida, de lo inerte, arropó con su manto oscuro la luz de la existencia de otro gran soñador, la sonrisa alegre, con un cigarro permanente en la mano, con una frase a flor de labio, siempre llena de brillo, de ironía, de mordaz y demoledora sapiencia, hijo incorregible del mayo francés, que asumió como pocos el compromiso del pensar y de luchar más allá de los dogmas en cuyos templos no era bien recibido, ni siquiera la “academia” lo soportaba, cuando lo hacía lo miraba con recelo, con angustia, con ese temor de ser descubiertos en la estupidez del engaño y el poder, por usted camarada, amigo, compañero, siempre vivo y fiel seguidor de esos grandes maestros de la sospecha.

JAIME TORO, cuanto nos duele enterarnos de su muerte, nos llena de rabia y de impotencia, a los que no expulsa el odio en nuestro país, los asesina la vida, las angustias permanentes y la lucha infinita por el cambio, esa lucha que siempre libró como eterno joven díscolo, dicharachero e inteligente,... filósofo de la esperanza, de los sueños, de la alegría, amante como pocos de la buena música, la salsa en particular, el buen cine, y ante todo de compartir con esos muchos y pocos amigos en su laberíntico terruño lleno de libros, de cultura y un amor infinito por su compañero Marlon, sus perros y esos seres que siempre fueron cómplices silenciosos y no tan silenciosos en la lucha por la utopía.

Ha muerto un iconoclasta, un luchador incansable, un amigo, un hermano, un padre, del que muchos aprendimos, pero como siempre, quizá nos comportamos como hijos ingratos, estaremos eternamente en deuda pues algunas miserias de la vida, no nos permitieron aprender más de él, compartir más con él, eso es lo que nos arrebatan los tiranos permanentes de la existencia, no saben cuánto nos duele.

Se ha ido una de las más bellas expresiones de la solidaridad.  Como siempre no dejaremos de luchar como él nunca lo dejó de hacer.

Seremos más comprometidos, más minuciosos, mas recios, pero ante todo más alegres, más dispuestos a compartir con el otro, y muchísimo más comprometidos con develar tantas falsedades, tantas mentiras, ese es su legado y ese es nuestro homenaje.

TJER se viste de luto una vez más, la maldita muerte nos acosa desde el mismo momento en que nacemos, sin embargo, hay seres que se encargan de revolotear como buitres sobre sus presas pues por voluntad de sus odios, su avaricia, sus mentiras, buscan acelerar este inevitable paso de la vida, no soportan que se piense y se luche por un mundo mejor y ahí están al acecho, buscando aprovechar cualquier momento de debilidad para devorarnos, para hacernos presa de su infinito egoísmo. 

Esa es la sociedad en que vivimos, una sociedad sumergida en el imperio del Tanatos, devorando a todos aquellos que como Jaime Toro, Guillermo Asprilla, Orlando Fals Borda, Nélida Estupiñán, María Cristina Salazar, Olga Suárez, Darío Betancourt Echeverry, Alejandro Castelblanco, y muchos otros y otras que nos comprometemos con el Eros que es el compromiso absoluto con la vida digna, con un mundo dispuesto para tod@s, y no para unos pocos.  En esta lucha... La Vida se nos va,... o nos la arrebatan, el azar, el dolor, la tristeza, las incertidumbres y la mano asesina del verdugo

La distancia nos hace más sentidas las ausencias, sin embargo, la lucha continúa.

Un abrazo

William Javier Díaz y Patricia Sanabria

TJER