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Colombia ante el Gobierno de transición / Crisis parapolítica - desde abajo PDF Imprimir Correo

La lista es larga. Collor de Melo en el Brasil. Carlos Andrés Pérez en Venezuela. Jamil Mahuad, Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez en el Ecuador. Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa en Bolivia. Todos debieron abandonar su cargo de presidentes por circunstancias y delitos menores que la creciente sombra de fraude y parapolítica que envuelve y envuelve a Álvaro Uribe Vélez.

Crisis que reduce el margen de gobernabilidad del actual gobierno, además de su claridad institucional, lo que brinda espacios a sus opositores. Por lo tanto, en la medida en que se reduzca su margen, los contradictores crecerán pues a ellos se sumarán sectores hasta ahora impensables.

Esta realidad lleva a pensar en los escenarios y en los actores. Por un lado el movimiento social y político, que no muestra fortaleza ni convicción suficiente para encarar el reto abierto por la coyuntura. Por el otro, los sectores aliados al poder (económicos, políticos y religiosos), que por ahora no evidencian disconformidad con el gobernante. Pero además, los Estados Unidos, que siempre juega a varias bandas, y que por el momento –y porlo menos hasta las elecciones del 23 de noviembre en Venezuela- necesita sostener un Uribe fuerte.

Mientras los actores cuadran y reagrupan sus fuerzas, en pos de diversas alternativas (ver notas de este artículo) el movimiento social debe encarar su realidad y asumir los retos, el principal de ellos ¿cómo superar su debilidad y jugar un papel protagónico enla coyuntura? (Ver suplemento).  Entodo caso, la enseñana de otras muchas crisis de gobernabilidad acaecidas en el Continente enseñan que lo fundamental para que toquen fondo y surja una alternativa viable, es procurar y aportar a la unidad nacional, constituyendoun referente social, estimulando la toma de la calle por los inconformes.Emplazar. 

Al final, el riesgo es latente. ¿Optará el mandatario, al verse acosado, por medidas de facto? La respuesta sólo la brinda el reagrupamiento de la correlación de fuerzas que se irán dando con el paso delas semanas, y el piso internacional que le quede. De ahí la importancia deldesenvolvimiento que tenga la crisis de la parapolítica, y lo insisivos que sean sus opositores. El silencio y la pasividad, como es de esperarse, sólo ayuda al contrario a no hundirse. 

 

 


 

Una necesidad

Identificar y evaluar los factores de poder

 

Contradicción de contradicciones. Mientras las encuestas aseguran que la popularidad del presidente Uribe crece como espuma –pese a la memoria con temor de muchos en Antioquia, y a todos los escándalos que lo comprometen de manera directa o indirecta–, decenas de columnistas, además de amplios grupos sociales, proponen,consideran y vaticinan la renuncia del Jefe de Estado.

Ante esta posibilidad yen cuanto a salidas de la crisis, ya se escuchan voces de reacomodo y coartada desde el poder y la clase política que hablan de higiene en el campo uribista y desde el lado de la oposición popular unos proyectan una Junta Nacional, otros un Gobierno de transición. Como también un Gobierno de Unidad Nacional. El Polo no llega a tanto. Sólo propone una Asamblea Nacional Constituyente, es decir, aún no considera que la crisis institucional llegue a una crisis de legitimidad, de techo de la naturaleza oligárquica del poder y de recuperación y refundación de la República. Por el lado de la orilla armada, en sus comunicados flota la consigna de “Gobierno Alternativo”, y “Convención Nacional Democrática”. Para todos, la crisis es de moralidad, de corrupción. Uso indebido del poder. Pero no faltan quienes van más allá, y establecen nexos cada vez más diáfanos entre Uribe y la parapolítica, con  su partido de la U, como correa de enlace y transmisión.

No pasa inadvertido que Juan Manuel Santos, su Ministro de Defensa: organizador y presidente del mencionado partido, y artífice de todos y cada uno de los acuerdos con las decenas de congresistas presos en la Picota, pese a todos los sucesos, se mantiene en su cargo. Y protegido por el Presidente, a su vez protege a su jefe. «Para eso es el poder», diría cualquier analista despistado.

Un poder concentrado en unas únicas manos, que usa con fines particulares los fondos públicos. Pero además logra, con técnicas de marketing y publicidad, que la espuma de las encuestas continúe creciendo. Entre tanto, en la calle no se ven los grupos sociales ni se escuchan las voces que entonen los gritos de renuncia. 

¿Podrán las simples demandas periodísticas hacer renunciar a quien se siente el Presidente más popular de los últimos 80 años en Colombia? Con toda seguridadque no. Con Ernesto Samper no pudieron. Sólo una oposición decidida, con una meta de «unidad y liderazgo nacional», colectivo, de integración ciudad-campo y vital podría propiciarlo. Todo pareciera indicar que pululan jefaturas minúsculas, de ámbito limitado, que ante el temor a las encuestas, y con ello a sufrir el castigo electoral, más el mismo temor a las represalias armadas, les impide correr riesgos. Esa es la realidad.

En busca de las reivindicaciones contra la marginación, de Paz, Justicia, Libertad, integración regional y de «ser poder y ser gobierno» para cambiar la naturaleza oligárquica del poder, que es la madre de nuestros males,  para el intercambio con quienes buscan compromiso y piensan en una u otra alternativa, ponemos a su consideración:

- un «esquema de factores» que consideramos, permite acercarnos a un análisis del poder real en nuestro país, con enumeración de los conglomerados humanos que la economía capitalista y el poder oligárquico salpican de sufrimiento, que va más allá dela simples categorías económicas o estructurales, y que es necesario para el análisis concreto de la situación y la precisión de cuáles grupos y factores estarían, y por qué, aún con Uribe, y cuáles se localizarían, y por qué, en el lado opuesto, con distintos grados de combatividad y movilización.

Un «esquema…» que a su vez puede ser útil para estructurar un Plan de gobierno, con metas a corto, mediano y largo plazo, precisando los factores de clase, las alianzas que de allí se puedan desprender, los grupos a priorizar y los sectores por neutralizar. Toda una agenda que llevará a que la posible renuncia presidencial como portón parauna transición sea algo más que un buen deseo o el escape de una ira con enojode Patria.


Oposición impávida, refundida o sin convicción de poder 

¿Dónde está el Polo? Uno de los elementos que más llaman la atención en la actual coyuntura política por la que atraviesa Colombia es el silencio de la oposición urbana, entendida como el Polo. Mutismo que es aún más asombroso si se tiene encuenta que cada día son más públicos nuevos elementos demostrativos de la vinculación del Jefe de Estado con los orígenes y posteriores desarrollos de la crisis que hoy lo debe tener en permanente desvelo.

Se pudiera preguntar el ciudadano de a pie si es que el Polo no aspira a gobernar el país. De otra manera no es posible explicar ni comprender su comportamiento pasivo y dilatorio: ni una orientación a sus militantes para que salgan a presionar en pos de la agudización y la superación de la crisis, pero de igual manera, sin una declaración diáfana contra la inmoralidad, la ausencia de ética, la apropiación del Estado por parte de un pequeño grupo, y sin posiciones donde al mismo tiempo se precise el país por construir y la manera de hacerlo. Pero más grave todavía: cuando se hacen declaraciones, no se abordala problemática de conjunto, aceptando el juego institucional de que el conflicto radica en el Congreso. ¿Incomprensión de la realidad o simple conveniencia de la política sin ruptura, con enredo de politiquería?

Al mirar similares experiencias internacionales, cuando los regímenes políticos están cuestionados, así como los gobiernos que los encabezan, encontramos por doquier que la iniciativa política de sus contradictores y la acción callejera de la ciudadanía aceleran la crisis y obligan al cambio. Así ocurrió en Ecuador en los años 97, 2000 y 2005, y en Bolivia en 2000 y 2003. Pero ¡ojo!: en todos estos casos la ausencia de opciones nuevas, tanto de los partidos como de la ciudadanía, facilitó que todo siguiera igual. Salieron los presidentes pero relevados por su segundo (vicepresidente) o el presidente del Congreso, lo que permitió la continuidad del conflicto. Es decir, ‘cambiar para que todo siguiera igual’, en lo cual tienen gran experiencia los grupos en el poder. 

Entonces, de este tipo de ‘cambio’ se empieza a hablar en Colombia, pese a lo cual el Polo persiste en su silencio. ¿Incomprensible? ¿Ausencia de liderazgo?¿Inexistencia de vocación de poder?

En política hay una máxima que reza: “El espacio que no es llenado por uno de los protagonistas lo copa el contrario”. En este caso, el contrario son Uribe, suproyecto de sociedad y sus aliados. El silencio de la oposición, su ausencia de vocación de poder, les permiten tomar un segundo aire, recomponer el escenario y salir con iniciativas mediante las cuales distraen a la opinión pública e impiden que las fuerzas se concentren en contra suya. 

Los hechos lo confirman: si la crisis no se ahonda, ello se debe a que la oposición sin norte de poder no hace escuchar su voz, y su mano no muestra norte algunopor alcanzar.


Gobierno de Unidad Nacional por la reconstrucción de la democracia y la paz

Sectores sociales que habitamos en el departamento del Cauca, teniendo en cuenta la desistitucionalización que vive el país, consideramos pertinente llamar a la construcción de un Gobierno de Unidad Nacional por la reconstrucción de la democracia y la paz. 

Fundamentamos la propuesta, en:

- El reconocimiento de la incapacidad de las fuerzas democráticas para derrotar, en la actualidad, el proyecto antidemocrático que encabeza el presidente Uribe.

- La existencia y pugna de dos grandes sectores en la nación: quienes buscamos una salida democrática y pacífica a la crisis, y quienes están interesados en propiciar y aprovechar el caos.

- La disposición del gobierno colombiano, siguiendo la agenda del Imperio que requiere un gobierno autoritario en esta parte del Continente, para continuar utilizando el conflicto armado para desestabilizar la región.

- Ese gobierno autoritario puede devenir de dos formas: con apariencia institucional, mediante un referendo, constituyente, u otra forma legal, o las salidas de facto, aprovechando acciones aventureras que llaman a “tumbar a Uribe” (sin tener realmente con qué reemplazarlo).

En el Cauca, las tareas están trazadas: Construir la unidad de todo el movimiento indígena, unidad de todo el sector agrario, unidad de todo el sector social y construcción del sujeto político regional de carácter democrático que está a la cabeza de esteproceso.

 

El programa de gobierno

El germen de gobierno seconstituiría en la representación de un amplio espectro democrático (¿lasfuerzas sanas de la nación?) que deberá integrar los partidos, tendencias y personalidades que quieren salirle al paso a la actual desistitucionalización.

El programa de ese gobierno en formación debe convertirse en la hoja de ruta para los colombianos para los próximos 10 ó 20 años.

Algunos puntos de acuerdo que debe trabajar el nuevo gobierno en formación, que proponemos, son:

- Defensa de la Constitución de 1991 y desarrollo de dicha Carta Política en su espíritu democrático y participativo.

- Apoyo a la Corte Suprema de Justicia y fortalecimiento de un poder judicial absolutamente independiente del Ejecutivo y del Legislativo.

- El gobierno en construcción deberá analizar a fondo la problemáticadel narcotráfico y el conflicto armado colombiano, y abrir un amplio debate para abordar las salidas a estos graves problemas. Se debe contemplar -con urgencia- una acción internacional sobre ambos temas, por cuanto éstos son regionales y continentales.  

- Los asuntos que no obtengan consenso en el interior del nuevo gobierno (TLC, reforma agraria, política económica, etcétera) deberán ser discutidos amplia y democráticamente con el pueblo colombiano, y una vez el nuevo gobierno pueda ejercer su acción estatal, habrá de realizarse una consulta popular para definirlos. 

 

Necesidad de una visión geopolítica

Hay que entender que elgobierno de Uribe está enredado en sus propias contradicciones, como son la absoluta subordinación a la agenda de Bush, la crisis de la parapolítica, los amplios niveles de corrupción y clientelismo, las apetencias personales de los‘herederos’ de Uribe. Sin embargo, no podemos engañarnos. Con los resultados reales y mediáticos sobre seguridad que ha obtenido el Gobierno en estos seis años, amplios sectores de nuestro pueblo lo apoyan.

Todas las acciones criminales y terroristas que desarrolle la guerrilla lo único que consiguen es fortalecer ese apoyo. Por otro lado, errores políticos de gobiernos como el de Venezuela y Ecuador (en menor medida) les permiten a Uribe y a Bush jugar fuertemente en Colombia con las supuestas amenazas de expansionismo bolivariano, en auxilio de las farc. Una de las acciones del gobierno en formación deberá abordar con mucha capacidad política y diplomática este tema.

Tomado de: Periodico desde abajo  

 


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